Las enfermedades no esperan por divisas ni escuchan discursos políticos. Fotografía tomada de Unidad Venezuela.
Este texto forma parte de mi trabajo de grado titulado «UNA BATALLA POR LA VIDA: Reportaje interpretativo sobre los hospitales con servicios oncológicos en Caracas». He quitado las formalidades requeridas para la evaluación para que la lectura pueda ser más fluida.
Parte I
Escasez de medicamentos y material médico-quirúrgico, falta de personal en las instituciones, fallas en la infraestructura e inseguridad en las instalaciones son parte del panorama que ennegrece el sistema de Salud venezolano. Las noticias sobre protestas y muertes por la imposibilidad de encontrar medicamentos a tiempo son frecuentes en algunos medios de comunicación. Venezuela está bajo la lupa, y no precisamente por algo que pueda generar orgullo en sus ciudadanos.
Los suministros médicos se adquieren con divisas que desaparecieron en bolsillos ajenos.Ahora el tratamiento de muchos venezolanos está en juego. No se puede saber cuántas personas han perdido la vida a raíz de este problema porque no hay estadísticas oficiales al respecto. Algo tan simple como una jeringa puede no estar disponible en un hospital venezolano.
Hasta las estadísticas escasean
De acuerdo con el Anuario de Mortalidad publicado por el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS), el cáncer se establece como la segunda causa de morbilidad y mortalidad en el país con 22.327 muertes diagnosticadas, lo que representa 15,61% de los decesos del año 2011.
Desde el año 2012 comenzaron a surgir denuncias sobre la crisis de los centros oncológicos en Venezuela por la escasez de medicamentos para quimioterapia y fallas en los equipos para radioterapia. Con la salida del MPPS de Eugenia Sader en abril de 2013, la Subcomisión de Salud de la Asamblea Nacional elaboró un informe donde reconocía los retrasos existentes en los tratamientos de pacientes oncológicos.
La salud en Venezuela se ha politizado. En el año 2013, Yelitze Santaella, gobernadora del estado Monagas, reinauguró la unidad de urología del Hospital General Manuel Núñez Tovar, en Maturín. El acto contó con la presencia de la prensa regional y los pacientes se sintieron esperanzados; sin embargo, ese mismo día la cerraron porque no estaba lista y los pacientes regresaron a la sala de gastroenterología, donde compartían un reducido espacio.
2013: La crisis se agudiza
Ese año la crisis empeoró. De acuerdo con el informe del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), el número de reclamos superó en 84% la cantidad registrada en 2012. Estas denuncias se hicieron por falta de insumos y medicamentos; escasez de personal; falla en equipos médicos, aires acondicionados dañados por abruptas interrupciones del servicio eléctrico y fallas en la infraestructura (p.191).
Según el portal web de la Fundación Jacinto Convit, en Venezuela se reportan entre 45 mil y 50 mil nuevos casos anuales de cáncer. Hasta hace unos años, el carcinoma en la próstata y de cuello uterino eran los más frecuentes; sin embargo, los casos de cáncer de mama han aumentado y se estima que en pocos años superen los de cuello uterino.
En 2014 la situación no mejoró. Durante el mes de julio, el Instituto de Hematología y Oncología de la Universidad Central de Venezuela realizó un cierre técnico por falta de insumos. Cada año, más de 250 pacientes oncológicos reciben atención en este centro de salud.
El periodista Omar Lugo de El Estímulo escribió el 6 de abril de 2015 que en Venezuela se paga el porcentaje más alto por servicios de salud con respecto al resto de Latinoamérica. Además, “la escasez de dólares golpea con fuerza toda la cadena en un país que produce solo 15% de los implementos e insumos. (…) Se reportan deudas por encima de 1.000 millones de dólares con proveedores” (para.13).
En el Hospital Oncológico Padre Machado, adscrito al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), el servicio de Oncología Médica suministra quimioterapia a 60 pacientes diariamente. Debido a que se trata de un hospital de referencia nacional y por el escaso número de centros de salud que ofrecen servicios oncológicos en el país, 50% de los enfermos que requieren atención llegan del interior.
Este trabajo de investigación busca desentrañar las causas y las consecuencias de una asignación de divisas poco realista, un sistema de Salud con grietas en cada esquina y un Gobierno que busca solucionar la falta de personal con médicos integrales que no están preparados para atender las patologías oncológicas.
El colapso de los sistemas de atención para pacientes oncológicos parecía inminente. El deterioro de los equipos que no se reparaban a tiempo y problemas en la adquisición de divisas que no permitían la llegada al país de los medicamentos, así como la escasez de personal calificado que prefería emigrar antes que laborar en la red pública de Salud, ponía en jaque la vida de miles de personas que combatían una enfermedad que no espera por divisas y no escucha discursos políticos.
Desde mi ventana 