Enamorarse es como viajar por las nubes


¿Qué se siente estar enamorado? Y ¿cuántas veces me habré preguntado lo mismo? Preguntas que inician un análisis sobre mis sentimientos y cómo identificarlos.

La primera vez que lo vi una gran sonrisa se creó, tal vez por enamoramiento instantáneo, tal vez porque quedé enganchada en esa sonrisa y en esa mirada, sea como fuere, esa sonrisa no paró hasta el momento en el que la magia se acabo y me obligaron a despertarme de ese sueño en el que estaba sumida y sin ganas de despertar. Ese sueño en el que todo es perfecto, en el que las lágrimas se transforman en sonrisas ipso facto, cuando una mala historia tiene un final feliz, cuando las canciones te sacan sonrisas, las situaciones te transportan a revivir recuerdos hermosos… Eso que yo llamé amor y la seguridad proporcionada me aseguraba que era 100% recíproco.

¿Era recíproco? Meses después puedo asegurar que aun no lo sé. Él dice que sí, pero ¿cómo confías en alguien que un día te ama y al siguiente día no te puede ni ver? Es cómo difícil, ¿no?


Yo buscaba algo sin fecha de vencimiento, que me hiciera volar y jamás me dejara caer, definitivamente la fantasía facilita la vida, el amor nos hace ver todo más lindo (no digamos color de rosa porque eso es bastante cliché) pero el mío tuvo un final abrupto y poco bien merecido, ahora bien ¿cómo se acaba el amor? ¿cómo le dices al corazón “oye pana, te están tratando mal, o sea, déjalo así, olvídalo”? es difícil, el corazón es el órgano más necio de tu cuerpo, hace lo que le da la gana, se manda solo…

Luego de varios meses y litros de lágrimas pérdidas, él dice que no recuerda por qué se molestó conmigo, por mi mente sólo pasó: “ok, él nunca me dijo claramente que le molestó y ahora no lo recuerda, es decir, yo sufrí por algo que nunca sabré, ¿cómo me debo sentir? No lo sé, es complicado”. No es que yo sea egoísta y sólo pienso en mi sufrimiento y en mi dolor, pero él no pensó en mí cuando me dijo: “mereces sufrir”. ¿Cuán masoquista se debe ser para soportar algo así? Yo no nací para sufrir, por eso se acabó esa relación que pasó de lo más alto a lo más bajo en fracción de segundos.

¿Lección de vida? ¡Muchas! Primeramente, hay que mantener una línea entre tu vida y la vida con tu pareja; si no valora lo que haces, no te valora a ti; tu vida es tan importante como la de él/ella; y nunca, pero nunca permitas que una relación influya negativamente en tus actividades diarias y relaciones con otras personas (trabajo, universidad, familia, etc.); no regreses con alguien a quien le hiciste o te hizo daño, eso no funciona; continuar con la vida no es fácil, pero cuando yo lloraba en cada esquina el mundo no se detuvo a decirme “tranquila, continua llorando que yo me paralizo hasta que te sientas mejor”.


Los recuerdos quedan, a veces queman, pero ahí estarán siempre. Las lecciones de vida son el mejor aprendizaje. Cuando alguien nos dice que duele podemos creerle, pero cuando lo vivimos confirmamos que es verdad. Ensayo y error, el mejor método.