Cómo escribir mal – Paul W. Merrill


Son numerosos los libros y artículos sobre el arte de escribir bien, pero ¿dónde puede uno encontrar consejos prácticos y seguros sobre cómo escribir mal? Una mala redacción es tan común que cualquier persona instruida debería saber algo acerca de ella. Muchos científicos escriben muy mal, pero quizás sólo lo hacen líricamente, sin percibir claramente cómo logran sus resultados. Un artículo con reglas para escribir mal pudiera ayudarles. Este autor se considera a sí mismo capacitado para hacer tal artículo, ya que puede escribir mal sin siquiera proponérselo.
El estudiante medio encuentra sorprendentemente fácil aprender los trucos esenciales de una mala redacción; aunque para ser consecuente en ese trabajo, deben conocerse unos cuantos principios esenciales:
1.Olvide al lector
2. Sea locuaz, vago y pomposo
3. No revise
OLVIDE AL LECTOR
El mundo está dividido en dos grandes grupos: usted y los otros. Un poco de oscuridad o tortuosidad al escribir mantendrá a los otros a distancia segura; si se acercan podrían ver demasiado.
Escriba como si se tratara de un diario personal; mantenga su mente concentrada en usted mismo y en el tema sin pensar en el lector. Usted, el tema y el lector forman un triángulo pernicioso; esto es fundamental. Tomar constantemente en cuenta la probable reacción del lector es una seria amenaza a la mala redacción; además, requiere un esfuerzo mental considerable. Un argumento lógico es que si usted escribe lo suficientemente mal, sus lectores serán tan pocos que no valdrá la pena preocuparse de ellos.
Ignore al lector siempre que pueda. Si, por ejemplo, el título de un artículo significa algo para usted, deténgase, no piense más; cuando el título desconcierta o desorienta al lector, usted ha ganado ya el primer asalto. En igual forma, el resto del artículo debe escribirlo para usted mismo, no para el lector. Practique una técnica de rostro impasible manteniendo todos los hechos e ideas
* Publicado en Física, vol. 2, núm. 5, p. 29. en el mismo nivel, dándoles el mismo énfasis, sin indicaciones sobre su importancia relativa o su conexión lógica. Use frases largas con muchas ideas débilmente relacionadas entre sí. La conjunción y es el lazo de unión más frecuentemente empleado en una mala redacción, ya que no indica causa o efecto, ni distingue entre las ideas principales y las subordinadas. Rara vez en la mala redacción aparece un porque o un punto y coma, puesto que ambos son reemplazados por y.
Disfrace las transiciones del pensamiento. Evite palabras de conexión como además, no obstante, por otra parte. Si es incapaz de resistir la tentación de señalar un cambio de pensamiento, use sin embargo. Una mala oración bien puede comenzar con sin embargo, porque para el lector, sin idea de lo que sigue, sin embargo es una expresión demasiado vaga para ser útil. Una buena oración empieza con el sujeto o con una frase que debe destacarse.
El “antecedente oculto” es un truco común de la mala redacción; use un pronombre para referirse a un nombre muy lejano, o para otro francamente subordinado en el pensamiento o en la sintaxis; también el pronombre puede referirse a algo no expresado directamente. Si desea jugar un poco con el lector, ofrézcale como carnada el antecedente equivocado y quedará admirado de cuán fácilmente pesca al pobre pez.
Al olvidar al lector evite las construcciones paralelas, la frase equivalente más sencilla, que pudiera aclarar el sentido con demasiada facilidad. No necesito detallar, porque usted probablemente invierte con frecuencia el orden regular de las palabras. Debe haber sido un alma cándida la que dijo: “cuando el pensamiento es paralelo, hagamos las oraciones paralelas”.
En cualquier escrito técnico omita unos cuantos detalles, sobre todo aquellos datos que la mayor parte de los lectores necesitan saber. Usted tuvo que descubrir estas cosas por el camino difícil, ¿por qué hacerlas fáciles para el lector? Evite definir los símbolos, nunca especifique las unidades en que presenta los datos. Por supuesto, sería rebajar su dignidad dar valores numéricos de las constantes en las fórmulas. Con estas omisiones, algunos escritos resultarán demasiado cortos, pero puede alargarlos explicando cosas que no necesitan explicación. Al describir tablas, conceda especial atención a los encabezados que se explican por sí mismos, y deje al lector que averigüe el significado de Pe.
SEA LOCUAZ, VAGO Y POMPOSO
Los pecados capitales del mal escribir son la sencillez y la concisión. Evite ser específico, eso lo limita. Use bastante lastre: incluya muchas palabras y oraciones superfluas. Un optimismo forzado le sugiere al escritor que la verborrea sirve como una envoltura, o como un halo místico por medio del cual puede glorificarse una idea. Una nube de palabras oculta los defectos de la observación o el análisis, bien por la oscuridad que provoca o porque distrae la atención del lector. Introduzca nombres abstractos en todo instante; por ejemplo: “aun en aquellos casos donde la magnitud del movimiento en una dirección hacia abajo no es considerable”. Haga uso frecuente de las palabras caso, carácter, condición, primero y último, tipo, clase, tal, muy. La mala redacción, como el buen futbol, deslumbra mucho e informa poco. Se usan con frecuencia los adjetivos para dejar perplejo al lector; no cuesta trabajo hacerlos ostentosos o hiperbólicos; por lo menos pueden ser floridos e inexactos.
USE LASTRE:
Biblia: Dar al César lo que es del César.
Mal: Se podría considerar apropiado desde un punto de vista moral o ético, en el caso del César, proporcionar a ese potentado todos aquellos bienes y materiales de cualquier carácter o calidad respecto a los cuales pueda comprobarse que tuvieron su fuente original en cualquier parte del dominio de este último.
Shakespeare: No soy orador como Bruto.
Mal: El que habla no es lo que pudiera llamarse un adepto a la profesión de la oratoria, como puede decirse propiamente del señor Bruto. (Ejemplo de P. W. Swim, Amer. J. Physics, 13, 318, 1945).
Conciso: Las fechas de varias observaciones son dudosas.
Mal: Se debería mencionar que en el caso de varias observaciones hay lugar para una duda considerable respecto a la exactitud de las fechas en que aquéllas fueron realizadas.
Razonable: Ocurren cambios excepcionalmente rápidos en el espectro.
Mal: Ocurren en el espectro cambios que son bastante excepcionales respecto a la rapidez de su aparición.
Razonable: Hay grandes dificultades matemáticas y de observación.
Mal: Se encuentran dificultades formidables de naturaleza tanto matemática como observacional.
LA PALABRA “CASO”:
Razonable: Dos manchas solares cambiaron con rapidez.
Mal: Hay dos casos en los cuales las manchas solares cambiaron con una rapidez considerable.
Razonable: Tres estrellas son rojas.
Mal: En tres casos las estrellas tenían color rojo.
IMPRESIONE (POR EJEMPLO):
“Inmaculada precisión de observación y cálculos extremadamente delicados…”
Esto probará al instante un mundo imponderable, etéreo. Nuestras acciones serán grandiosas.
“Qué bueno que nunca cese la energía pulsante de la gran dínamo proveedora de la vida que hay en el cielo. Bueno es también que nos encontremos a una distancia segura del flamante remolino en el cual la Tierra podría caer como una pelotita de basura arrojada en las brasas ardientes de un gran fuego.”
NO REVISE
Escriba apresuradamente, de preferencia cuando esté cansado. Hágalo sin plan, escriba los puntos conforme se le ocurran. Así, el artículo será espontáneo y malo. Entregue su manuscrito en el momento de terminarlo. Releerlo pocos días después podría llevar a correcciones que rara vez empeoran el estilo. Si usted proporciona su manuscrito a algunos colegas (una mala práctica), no preste atención a sus críticas y comentarios. Más tarde, resista firmemente toda sugerencia del editor. Debe ser fuerte e infalible, no deje que nadie doblegue su personalidad. El crítico puede tratar de ayudarle, o puede tener algún otro propósito, pero la probabilidad de que mejore su escrito es tan grande que debe estar siempre en guardia.
SUGERENCIA FINAL PARA ESCRIBIR MAL

No lea ningún libro sobre cómo escribir bien. No consulte jamás el diccionario ni ninguna gramática.